Abrir el grifo de una vivienda y que, por él, salga agua caliente, no sale gratis. En concreto, se estima que más de un cuarto del consumo energético en los hogares se destina a calentar el agua sanitaria. Para reducir al mínimo ese coste y, de paso, el que supone para el medioambiente, una de las alternativas más eficaces está en el sol. Gracias a esta fuente de energía limpia, el impacto del agua caliente sanitaria (ACS) en las facturas puede reducirse tanto como para quedar en la mera anécdota. Pero, ¿cómo hacerlo y cómo financiarlo? Te lo contamos.
Rehabilitación energética de vivienda.
Contener la energía que toda vivienda consume, día a día, para calentar el agua de la ducha, del baño, o para hacer la colada, tiene mucho que ver con la instalación de sistemas para el aprovechamiento de energía solar. Y es que, aunque sea menos popular que los clásicos paneles fotovoltaicos, la tecnología que permite convertir la radiación del sol en energía térmica para calentar el agua sanitaria gana cada vez más terreno.
Así, la instalación de colectores solares para la producción de ACS no solo es una alternativa por la que se decantan cada vez más propietarios, sino que figura entre las medidas de mejora de la eficiencia energética más recomendadas. El ahorro que propician estos sistemas explica el protagonismo que están adquiriendo, en el que también juega un papel clave su capacidad para calentar el agua sin emisiones contaminantes.
Colector solar para el ACS.
Eficiente, más económica y más limpia que opciones tan extendidas para producir agua caliente como las calderas de gas, de propano, o de carbón, esta alternativa sostenible precisa de la instalación de un sistema para la captación solar térmica. Entre otros componentes, este mecanismo incluirá los paneles que aprovechan la radiación solar para generar calor, así como un depósito para la colección del agua.
La inversión necesaria para la adquisición de estas tecnologías puede suponer un freno para propietarios que, preocupados por la escalada de los precios de la electricidad o por el impacto ambiental de sus viviendas, se planteen apostar por esta alternativa. Sin embargo, afrontar la adquisición de estos equipos, más los costes de la instalación, entre otros, es posible con un préstamo personal.
Préstamo personal para rehabilitación energética.
La sustitución del sistema para la producción de agua caliente por uno solar requiere de una inversión inicial importante que, sin embargo, se recuperará en un plazo relativamente corto. Aunque el tiempo exacto depende de factores como las dimensiones de la instalación o la zona en la que se ejecute, se estima que el retorno de la inversión se sitúa en el entorno de los 5 años.
Por ello, y por el impacto en el medio y largo plazo de incorporar sistemas de energías renovables como este, la solicitud de un préstamo personal para la rehabilitación energética de una vivienda es una opción a valorar. Una alternativa en este sentido es SOLUCIÓN SOLAR & LED que destacan por la transparencia en los costes y la facilidad para solicitar el préstamo, así como por la personalización y el nivel de flexibilidad de los mismos. Prefunte por nuestro CRÉDITO VERDE
Ventajas de las renovables para calentar agua.
Las ventajas de apostar por las instalación de sistemas de energías renovables para calentar el agua son muchas. Entre las más destacadas, figuran las siguientes:
- Ahorro en las facturas: Un sistema solar para la producción de ACS puede reducir el gasto energético para este fin al 100% o, en el caso de que se mantenga un sistema auxiliar, en un porcentaje que puede superar los dos tercios.
- Mejora de la calificación energética de la vivienda: La aportación de energía de fuentes renovables tiene un efecto claro en la calificación energética de una vivienda, que progresaría a la escala más alta con la incorporación de sistemas como un colector solar térmico. Con esto se lograría que la vivienda ganara en valor.
- Reducción de emisiones: A lo anterior se suma el avance que estas alternativas suponen para reducir las emisiones a la atmósfera. Aunque el dueño de una casa pueda pensar que esto no va con él, lo cierto es que el 8% de las emisiones de gases de inventario de efecto invernadero de España procedieron en 2014 de la combustión de combustibles fósiles en hogares y comercios, entre otros edificios.
Por todo ello, a partir de 2020 todos los edificios que se construyan serán de consumo de energía casi nulo, por lo que incorporarán sistemas que aprovechen los recursos renovables para generar electricidad, climatizar la vivienda, o producir agua caliente. Y es que, como se comentaba, contar con ella tiene un coste, para el bolsillo y para el planeta, que cualquier propietario puede atajar a través de la energía solar térmica.
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