La NASA prueba un nuevo motor solar eléctrico para el espacio profundo.
Un nuevo motor de propulsión solar eléctrica basado en el efecto Hall, para misiones en el espacio profundo, ha sido probado con éxito por la NASA y su socio Aerojet Rocketdyne.
En comparación con los cohetes convencionales, el objetivo es crear sistemas que ofrezcan un empuje confiable a la vez que se garantiza la eficiencia del combustible. Conocido como Sistema Avanzado de Propulsión Eléctrica (AEPS por sus siglas en inglés), Aerojet Rocketdyne completó recientemente una exitosa prueba de integración temprana de sistemas basados en este propulsor. La prueba se realizó en el Glenn Research Center de la NASA y se centró en la unidad de suministro de descarga (DSU) y la unidad de procesamiento de energía (PPU), que se combinaron con un propulsor de desarrollo de la NASA y luego se probaron en una cámara de vacío térmico. La prueba demostró que el sistema es capaz de producir energía de manera eficiente, convirtiendo la energía solar en empuje y produciendo un calor residual mínimo, informó Aerojet Rocketdyne. Paneles solares y gas Al igual que los impulsores convencionales basados en el efecto Hall, este motor de propulsión solar eléctrica se apoya en un campo eléctrico para ionizar y acelerar un propelente (en la mayoría de los casos, un gas noble como el xenón). En este caso, la electricidad necesaria es generada por células fotovoltaicas (también conocidas como paneles solares). Un beneficio inmediato de este tipo de sistema es que puede ofrecer un empuje comparable a un sistema convencional de propulsión química, pero utilizando una décima parte del propelente.
Utilizando un sistema de empuje solar eléctrico de 10 kW y 425 kilos de propelente de xenón, la nave espacial Dawn logró alcanzar una velocidad máxima de 41.260 kilómetros por hora. Esta prueba más reciente involucró un sistema de 13 kilovatios, y Aerodyne planea escalar eso en los próximos años. Por ejemplo, un sistema de propulsor SEP de 50 kW está previsto en la futuro Plataforma Lunar Orbital-Gateway propuesta por la NASA (LOP-G), anteriormente conocida como Deep Space Gateway. Esta estación espacial, que se construirá en órbita alrededor de la Luna, facilitará futuras misiones a la superficie lunar, y servirá como punto de partida para las primeras misiones tripuladas a Marte y más profundamente en el Sistema Solar.
Con esta última prueba completa, el equipo pasará ahora a la fase de finalización y verificación del diseño, que será seguida por la revisión crítica del diseño, donde el diseño del propulsor se finalizará y quedará listo para la producción. Si todo va según lo planeado, la versión de 50 kW de este sistema servirá como Elemento de potencia y propulsión (PPE) en la plataforma orbital-gateway Lunar (LOP-G), informa Universe Today.
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